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Geografía
PAÍSES
Rusia - 3ª parte
a vasta extensión territorial de Siberia, apenas habitada, explica que el conjunto del país presente una muy baja cifra de densidad poblacional (8,7 hab/km2). Mientras grandes extensiones en las latitudes árticas o en el extremo nororiental se hallan completamente deshabitadas, la parte europea de Rusia, en cambio, que supone un 25 % del territorio, acoge un 80 % del total de población. En la Rusia europea las densidades oscilan entre 25 y 75 hab/km2, aunque también se dan unas notables desigualdades en la distribución, con dos zonas alrededor de San Petersburgo y Moscú que aglutinan gran cantidad de población y presentan densidades claramente superiores a los 100 hab/km2. En Siberia el poblamiento es mucho más discontinuo y se concentra en su mayoría en una franja meridional en la que se hallan las principales ciudades e infraestructuras de comunicaciones (sobre todo el ferrocarril); la densidad media de la zona siberiana no supera los 5 hab/km2.
Los índices de crecimiento anual de la población (0,7 en el período 1985-1990) y de fecundidad, denotan que la dinámica demográfica escasamente llega a alcanzar los mínimos necesarios para asegurar el reemplazo generacional, aun presentando cifras superiores a las de la mayor parte de Europa. La otra gran característica es la diversidad de grupos etno-lingüísticos existentes, muy desiguales numéricamente y muy distintos culturalmente. El predominio del pueblo ruso (82,6 %) es total en prácticamente todo el país, mientras que las minorías representan, en el conjunto, muy bajas proporciones: ucranianos (3 %), bielorrusos (0,8 %), tártaros (3,8 %), chuvashos (1,2 %), baschkinos (0,9 %), etc. En total, superan el centenar las lenguas y etnias minoritarias que conviven en Rusia. En el Cáucaso N se agrupan más de 50: ingushes, chechenos, osetios, karachais, cherkes, etc.En la zona oriental de la Rusia europea, en las colinas del Volga, viven también una gran diversidad de pueblos: kalmykos, tártaros (deportados de Crimea), bashkires, etc. En Siberia, la población no rusa se halla sobre todo en la parte centro-oriental: yakutas, koryakos, buriatos, chukchis, etc. Sólo una pequeña parte de todos estos pueblos vive en un territorio delimitado por la división administrativa del país y gestionado autónomamente; y aún en estos territorios la hegemonía de la población rusa sobre los habitantes «titulares» se manifiesta claramente en las cifras: en Carelia, 73 % de rusos y 10 % de carelios; en Buriata, 70 % de rusos y 24 % de buriatos; en Yakutia-Soja, 50 % de rusos y 33 % de yacutos.
Únicamente en algunos casos excepcionales los porcentajes de población rusa son inferiores a los de los pobladores autóctonos: Tatartán (43 %), Bashkortostán (39 %), Chuvashia (26 %) o, sobre todo, en el Cáucaso (Chechenia, 15 % antes de que un gran número de rusos emigraran entre 1991 y 1992). En una situación muy distinta se encuentran aquellos pueblos que, como los ingushes, los balkaros, los kalmydos o los mesjetos, fueron deportados de su territorio originario durante la Segunda Guerra Mundial. Al igual que la población, también la lengua ampliamente mayoritaria, oficial y totalmente predominante en la enseñanza, las instituciones, etc., es el ruso, mientras que la religión profesada en mayor número es la cristiana ortodoxa; se practican igualmente el islamismo, otras confesiones cristianas y el budismo en algunas zonas, además de existir un notable contingente de judíos, que en los últimos años ha experimentado una numerosa emigración hacia Israel.La red urbana del país presenta una clara diferencia entre el sector europeo y el asiático. Al O de los Urales, Moscú y San Petersburgo constituyen los dos grandes polos de desarrollo industrial y urbano, aunque el empeño de la política industrializadora del régimen soviético por alcanzar el máximo equilibrio territorial se refleja hoy en la existencia de un buen número de ciudades grandes y medias y una potente red de comunicaciones, de entre la que cabe destacar los miles de kilómetros de aguas interiores navegables a través de ríos y canales. Los tipos de explotación agrícola y las formas de población rural se organizan según un dispositivo zonal: la Rusia septentrional y central se caracteriza por una ocupación agrícola discontinua, población escasa y dispersa en pequeños pueblos, intenso éxodo rural, baja concentración territorial e insuficiente desarrollo de las infraestructuras.En el marco del programa de la "zona de las tierras no negras" (1974), estas zonas fueron objeto de un esfuerzo de intensificación del cultivo de restructuración del hábitat y del equipamiento de la red de carreteras.
El desarrollo de la producción animal y de los cultivos de patatas y legumbres tiene como finalidad asegurar el aprovisionamiento de los centros regionales. Ciudades como Kazán en la cuenca del río Volga, y otras, en la cuenca del Don y del mar Negro, muestran bien claramente esta voluntad de equilibrio en la distribución de la actividad económica de la población. La Rusia siberiana presenta un panorama completamente diferente. Una gran parte de su vasto territorio ofrece unas condiciones muy poco adecuadas para el establecimiento humano y los núcleos habitados se reducen fundamentalmente a centros de explotaciones mineras. Tan sólo Yakutsk (187 000 hab), a orillas del río Lena, destaca en cuanto a población en toda la parte N de la gran llanura siberiana. De hecho, el desarrollo urbano de Siberia se ha limitado a una estrecha franja meridional, por donde se construyeron las principales infraestructuras de comunicación que la atraviesan (sobre todo el ferrocarril). A lo largo de esta larguísima franja se han desarrollado importantísimos centros urbanos e industriales con un gran futuro en explotación de bosques y recursos del subsuelo. Ekaterinburg, Cheliabinsk, Tiumen y Ni7ni Tagil, en los centros de extracción minera de los Urales; Omsk, Novosibirsk, Barnaul, Tomsk, Kemerovo y Krasnojarsk, en Siberia central; Irkutsk, en la orilla del lago Baikal; Ulan-Ude, CÄita, en Siberia oriental; y Vladivostok, ya en el litoral del mar del Japón.La división territorial administrativa del país, que, con algunos cambios, es una herencia de la estructuración de la desaparecida U.R.S.S., no se establece en base a estos polos urbanos y la jerarquización de la red de ciudades, sino preferentemente en la distribución de las minorías nacionales. Por ello, no todo el territorio se encuentra administrativamente dividido de igual forma, sino que existe una distribución de zonas con diferentes niveles de autonomía administrativa en distintas partes del territorio. La Federación de Rusia quedó constituida en 1993 por 21 repúblicas autónomas: Carelia y Komi en el N de la Rusia europea; Moldavia, Chuvashia, Maris, Tartaria, Udmurtia y Bashkortostán en la cuenca del Volga; Calmuqmia, Kabardia-Baldaria, Osetia del Norte, Chechenia, Ingushia, Daguestán, Adiguey y Karachaievo, en la zona del Cáucaso; Tuva, Buriatia, Altai y Jacasia, en el sector meridional de la Rusia asiática; y Yakutia ocupando un enorme territorio de la Siberia centro-septentrional.
En un nivel administrativo inferior, se encuentran las 56 provincias autónomas (oblast) y los territorios autónomos (okraj). En espera de la redacción de una nueva Constitución que determine las relaciones entre estos entes territoriales, con un elevado grado de poder, y las autoridades de Moscú, en abril de 1992 todas las repúblicas, salvo Tartaria y Chechenia, formaron el llamado Tratado Federal, que ponía las bases para el desarrollo inmediato de estas relaciones internas.